miércoles, 16 de octubre de 2013


ISLAM Y SALUD
La Medicina Profética
Hazan Bize

"No manifestó Dios ninguna enfermedad sin que dispusiera para ellos su remedio"
Profeta Muhammad

Digamos para comenzar que Islam y salud son conceptos asociados en idioma árabe, la lengua de la revelación divina. El Islam no es solamente una religión en cuanto sistema de creencias, sino que es primordialmente una conducta, un modo de vida que se ocupa de todos los rincones del quehacer humano, y procura así conducirlo a la felicidad. Y es sabido que no hay verdadera salud sin felicidad. Para el islam la salud es primordialmente un estado del alma, y por eso la peor enfermedad no es la enfermedad del cuerpo sino la enfermedad del corazón y la peor muerte es la muerte del corazón, entendiendo por corazón al órgano central del alma, sede del intelecto y la intención. 
Por eso los estudiosos de la medicina en el Islam del pasado, puesto a clasificar la enfermedad, la dividen en dos tipos dice Ibn Qaiim uno de los principales expositores clásicos de la medicina profética: "La enfermedad del corazón y la enfermedad del cuerpo" y ambas están mencionadas en el Corán, en cuánto a la enfermedad del corazón se divide a su vez en dos tipos: la de la incertidumbre y la duda y la de la conscupicencia y el error, y ambas están citadas en el Corán. Dice el altísimo sobre la enfermedad de la incertidumbre: "Hay una enfermedad en sus corazones y Dios les aumenta su enfermedad"





jueves, 10 de octubre de 2013

RESEÑA DE LA HISTORIA DE LA CARDIOLOGÍA HASTA EL SIGLO XX

Tanto en los tiempos de la prehistoria como en los períodos tempranos
de la Historia de la Humanidad, (egipcio, chino, griego, greco-romano,
bizantino, árabe y judío e incluso en el período medieval) gran parte de los
supuestos conocimientos médicos eran errados y estaban ligados a la
superchería, leyendas o charlatanería.
“La Medicina no puede ser considerada Medicina hasta que ella no
estuvo disociada de la magia y de la religión” dice Fielding Garrison en su libro
History of Medicine publicado en 1929. Por ello considero que no es necesario
profundizar demasiado sobre lo acontecido en esos períodos.
Charles Singer, en su Historia de la Medicina también dice que “con el
más tolerante uso de la palabra científico y progresista, nosotros podemos
decir que el comienzo de la moderna medicina data de fines del siglo XIX” es
decir, que a partir de esos años se vislumbra el nacimiento de la medicina
científica, habiéndose pasado de las creencias demoníacas de los primitivos, la
religión y la magia de la Antigüedad y la Edad Media a la emancipación
definitiva de las ataduras de la teología o la filosofía.
Todo ello es también estrictamente cierto en lo concerniente al progreso
de los conocimientos sobre el corazón y sus enfermedades.

Etimológicamente las palabras corazón y heart deriva del latín cor y del
griego ker, kear o kardia (de allí cardíaco) que son palabras idénticas al término
sáncrito hrid y al que se asemejan los vocablos herz, y heart por sus raíces.
El investigador Pictet, estudiando la diversidad de nombres del ciervo,
encuentra que en las lenguas indoeuropeas y anglosajonas, dicho animal es
denominado como heort prácticamente la misma palabra que corazón (heart)
Añade luego que en sáncrito hrid significa “saltar” y teniendo en cuenta que en
lenguas germánicas al ciervo lo llaman “el saltador” llega a la conclusión que en
esas lenguas, la palabra corazón (heart) significaría el saltador, el que salta
dentro del pecho.

Ya el hombre primitivo tenía noción de la importancia que tenía el
corazón como órgano vital. En las pinturas rupestres de Altamira y El Pindal en
España, de Lascaux y Niaux en Francia y otras cuevas que datan de 25.000
años atrás, se han encontrado mamuts o bisontes con el lugar anatómico del
corazón marcado como signo del sitio más vulnerable del animal.
  En la civilización sumeria, y luego en la china, hindú, egipcia, hebrea,
griega y romana al corazón se lo consideraba como el centro del
entendimiento, del valor y del amor siendo por lo tanto identificado como
símbolo de las más nobles cualidades humanas.
Algunos médicos griegos de la escuela de Alejandría, en el siglo IV a.C.,
comienzan a estudiar la circulación de la sangre y resaltaron la importancia del
pulso arterial. La contribución más importante fue hecha por Herófilo (335-280
a.C.), quien profundizó la antigua percepción de Aristóteles de que el pulso
reflejaba la actividad del corazón.
Cuenta la leyenda que Erasístrato (310-250 a.C.), contemporáneo de
Herófilo y su digno rival de conocimientos, en cierta oportunidad fue llamado
por el rey de los sirios, hombre septuagenario, para que cure a su hijo pues se
estaba muriendo. Después de un atento examen, el médico solicita que todas
las mujeres que viven en la corte desfilen frente al enfermo.
Al pasar la esposa del rey, muy joven y bella, nota que el pulso del joven
comienza a latir en forma rápida e irregular. Comunica su diagnóstico al rey y
éste resuelve separarse de su esposa y la casa con su hijo, quien cura
definitivamente.
Es la primera vez que se pone en evidencia la relación del ritmo cardíaco
y las emociones amorosas. Quizás a partir de ese hecho el corazón es
estrechamente relacionado con el amor. (ver: El corazón como símbolo en
Anexo)
Para las civilizaciones aztecas y mayas el corazón de un adversario
valiente era especialmente apetecido como un alimento capaz de aumentar el
valor y fuerza de quien lo ingiriera.
Los egipcios, quienes ya conocían las características anatómicas del
corazón dada la extracción de las vísceras que hacían a las momias, también
lo consideraban como el órgano central del ser humano donde se localizaban el
pensamiento y los sentimientos y desde donde partían vasos huecos que
tenían como función conducir los “alimentos” (aire, agua y los ingeridos por la
boca) hacia el estómago que era la desembocadura del corazón (de allí el
nombre de cardias a una zona del estómago)
Según ellos, el corazón era capaz de guardar todos los hechos buenos y
malos que en el transcurso de la vida, una persona puede acumular. Al fallecer
dicho órgano era pesado en una balanza contra una pluma. Si era más liviano,
su poseedor ganaba la felicidad eterna.
En el museo Real de Arte y de Historia de Bruselas, Bélgica, existe un
papiro que data posiblemente de 1.500 años a.C. que representa la imagen del  3
corazón en una balanza, lo que puede considerarse como la representación
gráfica más antigua del mismo.
Con Hipócrates ( 460-332 a.C.) el más famoso de los médicos griegos, 
se inició el período de la medicina racional empírica. y es por ello que es 
considerado como el Padre de la Medicina. 
Fue sin duda alguna, el médico más ilustre de la Antigüedad. Nació 
probablemente en la isla de Cos, Grecia, y realizó numerosos viajes antes de 
establecerse definitivamente en la isla para dedicarse a la enseñanza y la 
práctica de la medicina. Murió en Larissa, Grecia. 
Su innata capacidad para la observación clínica influyó decisivamente en 
erradicar viejas supersticiones. Su nombre se asocia al Juramento Hipocrático, 
aunque es muy posible que no fuera el autor del documento. De hecho, de las 
casi setenta obras que forman parte de la Corpus Hippocraticum, es posible 
que sólo escribiera alrededor de seis. 
Sostenía que el médico necesita conocer el conjunto o totalidad de la 
naturaleza antes de poder tratar el enfermo, ya que la enfermedad no depende 
de la intervención de los dioses sino del tratamiento racional empírico del 
médico. 
A partir Hipócrates y durante los siglos subsiguientes, numerosas figuras 
tuvieron relevante participación en el estudio del corazón. 
Galeno (129-201 d.C.), nacido en Pérgamo y que vivió en Roma durante 
gran parte del siglo II, es otra de las grandes figuras de la Historia de la 
Medicina. Integró los mejores aportes de los sabios que lo precedieron, 
sintetizando los trabajos médicos de Hipócrates, la biología de Aristóteles y la 
filosofía de Platón. 
Propuso una teoría sobre la fisiología del movimiento de la sangre, 
describiendo que por las arterias circulaba sangre (que era producida por el 
hígado) y no aire como se sostenía hasta entonces distinguiendo, además, la 
sangre venosa de la arterial. 
Luego de su muerte, se detuvieron las investigaciones suponiendo que 
ya todo estaba dicho. Sus textos fueron copiados y traducidos miles de veces, 
y las contribuciones de Galeno fueron consideradas como verdad absoluta 
durante más de mil años en Occidente. 
Avisena (980-1037 d.C.) médico persa, en su Libro del Pulso sostiene 
que el corazón tiene su propia fuerza como fuente del sistema arterial, teoría 
que fue luego punto de partida para las investigaciones de Harvey. 
Leonardo da Vinci (1452-1519), brillante artista pero también fisiólogo y 
anatomista, estudió e ilustró exactamente el corazón con sus válvulas, 
cavidades y arterias coronarias. 
Vesalius (1514-1564) el fundador de la anatomía descriptiva, Hales 
(1677-1761) pionero en el estudio de la presión arterial y el primero en medirla 
cruentamente en un animal mediante un manómetro unido a una cánula inserta 
en la arteria de un caballo, Vieussens (1641-1716) , Morgagni (1681-1771), 
Heberden (1710-1801) con su conocida descripción de la angina de pecho en 
1768, y ya en el siglo XIX, Stokes (1804-1878), Chayne (1777-1836), Corrigan 
(1802-1880), Adams (1791-1875), Latham (1789-1875), Virchow (1821-1902), 
Osler (1849-1919) entre muchos otros personajes que estuvieron muy ligados a 
la evolución del conocimiento sobre el corazón y la circulación. 
Pero sin lugar a dudas hay dos figuras que sobresalieron en forma 
manifiesta dentro de la historia de la Cardiología. 
Una de ellas es William Harvey (1578-1657) quien en “De Motus Cordis” 
publicado en 1628 desarrolla su revolucionaria teoría de la circulación 
sanguínea tomando al corazón como órgano motor de impulsión. Esta teoría de 
Harvey suscitó numerosas controversias, pues hacía estremecer los 
fundamentos teóricos de la medicina de Galeno. En 1661, la demostración con 
ayuda del microscopio de la existencia de los capilares pulmonares que 
conectan las arterias y venas realizada por Marcello Malpighi (1628-1694), se 
completa la teoría de Harvey la cual a partir de este hallazgo es universalmente 
aceptada. Tan importante fue considerada su tesis que muchos lo consideran 
por ello como el padre de la Cardiología 
La otra figura realmente emblemática de la Cardiología fue René 
Laennec (1781-1826) En 1819 publica su famoso libro “L’Auscultation Mèdiate” 
que fue considerado en esos tiempos como el libro de mayor influencia en la 
medicina moderna ya que inaugura una nueva época de la exploración física. 
El examen de los pacientes hasta entonces se basaba en la inspección y 
la palpación, sumándose en 1761 la percusión, descripta por el médico vienés 
Auenbrugger aunque durante años quedó olvidada hasta que en 1808, 
Corvisart la revive. Bayle, discípulo de Corvisart introduce la auscultación 
directa como método de exploración física la cual no llegó a ser lo suficiente 
adecuada para realizar un buen diagnóstico hasta que en 1819 otro discípulo 
también de Corvisart, Laennec inventa el estetoscopio dándole al estudio de 
las enfermedades pulmonares y cardíacas un impulso sin precedentes.

La fe y el corazón.

Por su parte, el Îmân, en árabe, es la facultad que tiene el corazón para saber. El corazón (Qalb) es, en este contexto, el órgano de percepción. Sin problema, podemos entender que se trata de la inteligencia, la razón, el sentido común, la sensatez, etc. (el ‘Aql), pero la palabra corazón añade a todo lo anterior un matiz especial. El corazónno es distinto del entendimiento humano; es, más bien, su centro, algo próximo al espíritu (h). Con la expresión ‘el hombre sabe a través del corazón’ queremos decir que aprehende con lo esencial de sí cosas que a su vez son esenciales, y ese modo de saber no choca con la razón sino que es su trasfondo, su plenitud. El Îmân, por tanto, es una facultad, o una habilidad, que permite conocer como fruto de una interrelación entre lo más profundo del hombre (su corazón) y lo de más íntimo que hay en la existencia.

Concepción del Corazón en base de la Cultura Musulmana

El Profeta Muhammad (saws) dijo que hay un órgano en el cuerpo y que si éste órgano está en buena condición, entonces el cuerpo entero está en buena condición. Pero si ese órgano está corrompido, entonces todo el cuerpo reacciona mal. Y ese órgano es el corazón.
El corazón es el centro del cuerpo y espíritu del hombre. Si el corazón no bombea sangre a una de las millones de células, entónces esa célula muere al instante. Para que la vida de todo ser pueda continuar, el corazón ocupa un lugar único y especial en el cuerpo. También esto está probado por el hecho que hoy en día la mayoría de las muertes ocurren debido a ataques al corazón y fallas cardíacas. Así que nadie puede ignorar cuán importante es éste órgano para la vida biológica y física del hombre.
Ahora, si retornamos al punto de vista islámico y espiritual, ocurre lo mismo. El corazón es el centro para que exista una buena vida espiritual, la cual guía a uno hacia el Paraíso. Es nuestro corazón el que emocionalmente guía a las demás partes de nuestro cuerpo hacia lo bueno. El cerebro es el centro de la capacidad intelectual del hombre, trabaja de acuerdo a las emociones y sentimientos que uno tiene en el corazón. El Sagrado Corán eleva el estatus del corazón en el campo espiritual a un nivel muy alto. El acto más importante de una vida religiosa, la fe (iman), es actualizada por el corazón del hombre antes de ser convertida en palabras. El Corán dice al respecto:
"Hombres a los que ni el negocio ni el comercio les distraen del recuerdo de Allah, de establecer el salat (la oración) y de entregar el zakat (aporte social). Temen un día en el que los corazones y la vista se desencajen." (Corán 24:37)
En el Día de la Resurrección, sólo aquellos que vayan hacia Allah con un corazón saludable serán salvados. Allah dice:
"El día en que ni la riqueza ni los hijos servirán de nada. Sólo quien venga a Allah con un corazón limpio." (Corán 26:88-89)
En cuanto a definir un corazón limpio, es un corazón libre de todas aquellas cosas que desafían lo que Allah ordena, o lo que El prohíbe. Los corazones que cumplen con el propósito para lo que fueron creados siempre recuerdan a Allah y sienten Su presencia. Tales corazones son el centro de amor a Dios y todos Sus profetas (que la paz y las bendiciones estén con todos ellos). Ellos no ceden el campo a las preocupaciones mundanas ni a la lujuria. Estos corazones son clasificados como sanos y libres de toda maldad, y beneficiarán a sus dueños el Día de la Resurrección cuando no habrá quien ayude, ni amigos íntimos, ni gente que apoye, ni la familia, ni la riqueza, ni los hijos.
Un musulmán con un corazón saludable debe dedicarse para el fin de este viaje y no basar sus acciones y argumentos en nadie que no sea otro que el Mensajero de Allah (saws). El Profeta Muhammad (saws) dijo: "Allah no os juzga según vuestros cuerpos ni apariencia, sino que ve vuestros corazones y observa vuestras obras." (Muslim)
La vida de hoy es un mundo velóz, con comida rápida, fotos instantáneas, banca en línea, y mucho más. Es natural que nos estresemos. Debido a que un corazón sano conlleva a una vida sana, deberíamos encargarnos de mantenerlo en buenas condiciones. Primeramente debemos identificar los factores que afectan nuestro corazón y también los factores que mejoren nuestra salud mental. Por el bien de nuestro conocimiento, el Profeta Muhammad(saws) fue la primera persona que alguna vez habló de la importancia de un corazón sano. Él dio algunas buenas sugerencias para mantener un corazón saludable. Estemos alerta en la manera que el estrés afecta nuestro corazón y por ende afecta también a nuestro cuerpo. Que Allah nos de el conocimiento para controlar el estrés, antes que éste nos controle. Debemos recordar que el Profeta Muhammad (saws) dijo: "El hombre que posee un corazón misericordioso y bueno para cada pariente y cada musulmán, será un habitante del Paraíso".