Sin embargo en los primeros tiempos, ello estaba lejos de ser obvio. Galeno, el coloso de la antigua medicina, que vivió en Roma, doscientos años después de Cristo, visualizaba el movimiento de la sangre como un "movimiento de ondas", que comenzaba desde el hígado, donde él creía que se fabricaba la sangre. No imaginándose la circulación de la sangre (que Harvey describió en 1628) sostenía que ésta pasaba directamente de la cámara derecha del corazón a la cámara izquierda. Él era anatomista y sabía de la pared que existía entre ambas. Para explicar esta dificultad, sugirió que la sangre transpiraba imperceptiblemente a través de la carnosa separación de las dos cavidades. Como muchos otros conceptos erróneos de este gran dictador de la medicina, esta afirmación se mantuvo por siglos.
Pero las ideas de Galeno, no las aceptó Andreas Vesalius, el gran disecador del Renacimiento. En su libro "En La Fábrica del Cuerpo Humano", publicado en 1543, Vesalius se mofa del concepto de una pared dotada de pequeñas perforaciones. Ridiculizándolo, dice: "hemos sido llevados por el estupendo trabajo del Todo Poderoso, que afirma que la sangre transpira del ventrículo derecho al ventrículo izquierdo, a través de pasajes que escapan a la visión humana".
Estos conceptos se refuerzan más tarde con los del italiano Realdo Colombo que vislumbra un tránsito pulmonar. Experimentando con animales, Colombo concluyó que la sangre pasaba desde el lado derecho del corazón al lado izquierdo, a través de los pulmones. La sangre se mezclaba con el aire, no en el ventrículo izquierdo como pensaba Galeno, sino en los pulmones, donde adquiría el color brillante de la sangre arterial. Para Harvey un par de generaciones más tarde, esta circulación menor, era una evidencia confirmatoria del proceso de la circulación sanguínea como un todo.
De este modo, habría sido Colombo a fines de 1558, quien primero comprendió la circulación de la sangre, ¿Pero habría sido realmente el primero? Unos pocos años antes, un teólogo español, Michael Servetus, ya lo había sostenido.
Servetus inicialmente había estudiado medicina en París. Desagradado por la corrupción de la iglesia en Roma, se reveló y llegó a negar la Santísima Trinidad y la divinidad de Cristo, ganándose el odio de católicos y protestantes. En 1553, publicó un largo trabajo de 700 páginas, llamado "La Restauración de la Cristianidad". Fue en este libro, publicado en forma anónima, seis años antes de Colombo, que Servetus describió el transporte de la sangre a través de los pulmones. Según insistía Servetus, la sangre no podía transpirar a través del "septum". En lugar de ello, proponía que el lado derecho del corazón se comunicaba con el izquierdo a través de los pulmones. Era allí, en los pulmones, que la sangre se mezclaba con la atmósfera.
Fuente: Creces Educación - www.creces.cl
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